Se me está secando la inspiración de
tal forma que, en busca de algo que echarme a la boca, he llegado
hasta Australia. Puede que, como Colón, haya equivocado la ruta,
porque Australia no parece el lugar más húmedo del mundo. ¿Qué
podría ofrecerme un continente que parece un sucedáneo, que mi
imaginación confunde con otros muchos sitios? Con el delirio rojo de
las tardes en Tanzania; con el Caribe esquemático; con el músculo
tostado de California; con el polvo en las botas de cuero y los
mugidos del Oeste americano; con el té de las cinco. Aunque a lo
mejor, como Colón, me he equivocado de plano y he llegado adonde
necesitaba.
El lugar es árido y marrón, como
corresponde, y tiene una ausencia de ornamento que se pega a la
garganta. Precisamente se trata de eso. Es una librería de aquel país Frankestein que elimina la atracción estética como motivo
para elegir libros. Las cubiertas están tapadas con un burka de
papel de estraza. Los títulos son prescindibles. Intransigencia de
lo austero. Delirio de la democracia. Ningún libro merece que lo
rescates del magma literario sólo porque es llamativo. El libro no
debe ser un objeto que decore. La belleza del pavo real no hace
caldo. El placer de tu ojo es un vicio. Que un título te embauque se
parece a que te vayas de la discoteca con el primero que te diga
guapa.
Entonces, ¿cómo eliges? Cada libro
tiene marcado su riguroso hábito con cinco o seis pistas. Con esa
combinación la historia se abre como una caja fuerte. Tú compras
justo los nutrientes que en ese momento tu emoción necesita, por
ejemplo: segunda guerra mundial / Viena / amor traicionado / terror
psicológico / ciegos. Si esa mezcla te quita el hambre, adelante.
Esto va de alimentarse decentemente y huir de las calorías vacías.
Se acabó comer con la vista. Págalo y sólo entonces podrás
desenmascarar el libro. No te decepciones si encuentras la nariz de
Cyrano. Este no es país para superficiales.
¿Habrá algo para mí si busco: paisaje
/ franqueza / amistad / humor / albedrío ?
¿Imaginación brutal / llegar a casa
/ salvaje / gente corriente / amor inclasificable ?
¿Y tú, encontrarás lo que buscas? ¿Qué
aminoácidos y vitaminas necesitas? ¿Existirán esos libros que se
ajustan a nosotros como zapatos caros o dietas de nutricionista?
A lo mejor sí. A lo mejor no, si no los
escribimos. Pero a mí me da que la literatura elegida así, sin
dejarte seducir por la apariencia, sin intuición o frivolidad, sin
la glotonería del ojo, se parece bastante a una dieta en pastillas.
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