martes, 25 de octubre de 2016

O a una fórmula química


Se me está secando la inspiración de tal forma que, en busca de algo que echarme a la boca, he llegado hasta Australia. Puede que, como Colón, haya equivocado la ruta, porque Australia no parece el lugar más húmedo del mundo. ¿Qué podría ofrecerme un continente que parece un sucedáneo, que mi imaginación confunde con otros muchos sitios? Con el delirio rojo de las tardes en Tanzania; con el Caribe esquemático; con el músculo tostado de California; con el polvo en las botas de cuero y los mugidos del Oeste americano; con el té de las cinco. Aunque a lo mejor, como Colón, me he equivocado de plano y he llegado adonde necesitaba.

El lugar es árido y marrón, como corresponde, y tiene una ausencia de ornamento que se pega a la garganta. Precisamente se trata de eso. Es una librería de aquel país Frankestein que elimina la atracción estética como motivo para elegir libros. Las cubiertas están tapadas con un burka de papel de estraza. Los títulos son prescindibles. Intransigencia de lo austero. Delirio de la democracia. Ningún libro merece que lo rescates del magma literario sólo porque es llamativo. El libro no debe ser un objeto que decore. La belleza del pavo real no hace caldo. El placer de tu ojo es un vicio. Que un título te embauque se parece a que te vayas de la discoteca con el primero que te diga guapa.

Entonces, ¿cómo eliges? Cada libro tiene marcado su riguroso hábito con cinco o seis pistas. Con esa combinación la historia se abre como una caja fuerte. Tú compras justo los nutrientes que en ese momento tu emoción necesita, por ejemplo: segunda guerra mundial / Viena / amor traicionado / terror psicológico / ciegos. Si esa mezcla te quita el hambre, adelante. Esto va de alimentarse decentemente y huir de las calorías vacías. Se acabó comer con la vista. Págalo y sólo entonces podrás desenmascarar el libro. No te decepciones si encuentras la nariz de Cyrano. Este no es país para superficiales.

¿Habrá algo para mí si busco: paisaje / franqueza / amistad / humor / albedrío ?

¿Imaginación brutal / llegar a casa / salvaje / gente corriente / amor inclasificable ?


¿Y tú, encontrarás lo que buscas? ¿Qué aminoácidos y vitaminas necesitas? ¿Existirán esos libros que se ajustan a nosotros como zapatos caros o dietas de nutricionista?


A lo mejor sí. A lo mejor no, si no los escribimos. Pero a mí me da que la literatura elegida así, sin dejarte seducir por la apariencia, sin intuición o frivolidad, sin la glotonería del ojo, se parece bastante a una dieta en pastillas.


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