sábado, 9 de julio de 2016

Barra libre

 
A lo mejor es que soy una puritana. Será eso. A lo mejor esa perspectiva me desagrada tanto que tengo que echar mano del argumentario feminista para que la mojigatería no se me note. A lo mejor por debajo de mi apariencia y mi discurso de mujer moderna, sigue acumulando bilis una reprimida de bragas color carne que se siente sucia si su entrepierna se estremece. A lo mejor tengo un problema con las tetas. A lo mejor es que soy misógina.

Porque no puedo evitarlo: esas imágenes que todos hemos visto de los sanfermines me incomodan. Las chicas subidas a hombros de una manada masculina que se muestran y se ofrecen y se soban, y que no pueden o no quieren evitar que se las sobe. No digo yo que me escandalice, que a ellas las repruebe y a ellos los meta a todos en el saco de los violadores. Resulta que para los malos olores tengo bastante aplomo. Mi mirada huele a tinto agrio, hormona y vómito, pero el gesto no se me descompone. Pero algo en mí sí se retuerce. Algo que habitualmente está bien escondido: mi pequeño órgano de la censura. No es sólo una cuestión estética. Es la sospecha de que ahí, en esa turba, en esa exhibición de gozo básico hay algo que no funciona del todo: una asimetría brutal en la comprensión de los cuerpos de mujeres y hombres.

Porque la mujer es ante todo carne, y mediante la carne se expresa, se castiga o se reivindica. Primero es cuerpo, y luego, con suerte, cualquier otra cosa. La carne es su principal narradora. Y de toda ella, la que más habla es la teta. Si una mujer se considera libre, hace un discurso con las tetas. Las usa como tarjeta de presentación, como cebo, como obsequio o como arma subversiva.

¿Me das tú ahora un ejemplo de anatomía masculina que se use de forma tan diversa, tan explícita, tan poco metafórica? ¿Puedes demostrar que los hombres van también siempre un pasito por detrás de sus cuerpos? ¿Ha sentido alguno de ellos que su carne tiene una densidad remotamente parecida a la femenina?

Yo me considero muy buena amiga de mi cuerpo. Adoro lo que es capaz de hacer y las maneras tan simpáticas y creativas en que puedo usarlo. Me gusta cada una de mis redondeces y líneas. Me gusta que quien yo elijo me sobe las tetas. Me gustan las mujeres que se dan como y cuando les place y que exigen un justo intercambio. Me parece perfecto que cada una se apropie de su cuerpo y lo limpie de prejuicios y haga con él lo que quiera.

Pero cuando veo a esas chicas que en la masa se jibarizan hasta quedar reducidas a sus tetas, el prejuicio de que sus cuerpos son de dominio público me escupe.Donde unos dicen “mujeres que se atreven a divertirse”, yo digo “mujeres que siguen dando por sentado que sus cuerpos son objetos pasivos”. Donde unos ven libertad, yo veo la misma ofrenda sumisa de siempre. Lo que a algunos les parece feminismo histérico, o represión sexual o criptomoralismo, a mí me parece simplemente la enésima denuncia de desequilibrio.

Le pregunto a los que ven tan normal y sana la ostentación y barra libre de la carne femenina: ¿y qué si esa chica fuera tu hija, o tu novia antes de estar contigo, o tu hermana? ¿Te seguiría pareciendo una mujer libre? ¿La palabra “puta” no asomaría a tu mente en ninguna circunstancia?

4 comentarios:

  1. Vamos por partes: Lo de su "puritanismo"... pues un poquito si. Claro que en su defensa hay gente que piensa que lo mio es un libertinaje exacerbado. (Soy de los que creen que se puede hacer lo que se quiera siempre que no se moleste.)
    En los hombres puede que el culo sea esa parte de el cuerpo que se usa para mostrar libertad, aunque sea mas bien despreciativo, también puede resultar muy erótico. De todas formas no llega a la altura de unas tetas.
    Con respecto a las últimas preguntas... Tengo hermanas, tuve esposa, alguna amante, varias novias, sobrinas... Y muchas. Desde luego la palabra "puta" es una de esas que se han ido desterrando de mi vocabulario a lo largo de los años. Si una mujer hace gala de su cuerpo, se folla lo que le salga de los ovarios, o quiere despelotarse en mitad de una fiesta... Por mi que lo haga. No por eso voy a pensar que tengo "barra libre" para ir a meterle mano. Que se divierta como quiera, y... ¡oiga! Si ademas tengo la suerte de estar presente en un despelote así y puedo disfrutarlo, mejor que mejor.
    A mi una nena de Femen no pone. Lo que veo es a una mujer que usa cualquier arma para reivindicar una situación, podré o no estar de acuerdo, pero admiro que sean capaces de desnudarse y luchar por algo que crean justo. Que podrían hacerlo de otra manera, seguro. Pero esta llama mucho mas la atención. Las redes sociales están bien pero un periódico con una foto de una nena con las tetas fuera y un letrero... ¡Donde va a parar! Y el problema es que ese "puritanismo" nos hace pensar: ¡Madre mía! ¿no habrá otra manera reivindicar algo? La hay. Pero con esta ya te has leído lo que tiene entre las tetas. Si llega a llevar pancarta y cuello vuelto ni te enteras de que va la noticia.
    Bueno... y ya lo dejo que le monopolizo el blog. Por cierto hay un concurso de fotografía erótica de San Fermín. Creo que esta su VI edición. Algunas fotos son impresionantes, otras... otras son mas chabacanas.

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    1. Encantada de que me monopolice el blog, querido; encantada de que se tome usted la molestia de vertebrar una respuesta y extenderse.

      Creo que no hace ni falta dejar claro que yo también estoy a favor de que cada una haga el uso de su cuerpo que le salga de la mismísima voluntad, con quien y cuantos quiera y que se luzca cuando quiera. Gracias a los ovarios de muchas, esa libertad es algo que por fin hemos conquistado.
      Pero, francamente desmoraliza un poco que el discurso de una mujer siga quedando amortiguado por su cuerpo, y que su aspecto sume o reste brutalmente a la hora de ser valorada, escuchada, comprendida.
      Estoy de acuerdo con lo que dice Laura ahí abajo: ¿por qué se levanta una tía la camiseta en una de esas? ¿Alegría vital? ¿Orgullo de tener cuerpo? ¿Para estar fresquita? ¿O acaso sólo ofrece lo que sabe que están buscando de ella?
      Es curioso, pero todavía no he encontrado ni una mujer que se manifieste claramente a favor de, "míralas las chiquillas, cómo disfrutan, las muy emancipadas; no seamos puritanas ni feminazis". que no vea esas imágenes y diga o sólo piense "jooooder, algo sigue fallando".

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  2. Estoy muy de acuerdo en lo que dices, Silvia. Yo no sé hasta qué punto esa supuesta libertad no es otra confusión más acerca de lo que se supone que se espera de una mujer (asumido por ella misma). Entender "libertad" como opuesto a "mojigateria" me parece de locos. A mi también me revuelven las tripas las imágenes.

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    1. Justo, justo por donde iba: ¿emanciparse es dar exacta, gratuita y alegremente lo que otros han reclamado siempre?

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